Escultura Cerámica


"La escultura, como la cerámica son cosas. Cosas de cosas. 
La escultura se toca, la pintura se observa. 
La escultura se parece a un pene, la pintura a un útero. 
La escultura es realidad, la pintura sueño. 
La escultura finitud. La pintura infinita. 
El arte de la cerámica es como la escultura."
                           


                                                                  Procopio de Gaza. Año 500 DC (Aesthetiké)

Técnicas escultóricas

Maqueta o Boceto:



Antes de comenzar un trabajo escultórico, es necesario tener una visión  general de nuestro proyecto  lo cual nos ayudará a conseguir un buen diseño, purificado y decantado. Para esto,  utilizaremos una"maqueta" o "boceto", que será una versión pequeña de la obra que  pensamos realizar. Allí se estudiará el diseño, se harán las modificaciones oportunas, se corregirán los planos defectuosos, se inducirán oblicuas y espacios para evitar la monotonía, o se simplificará la obra al máximo a través de sucesivos proyectos.


El tiempo invertido en esta etapa será sin dudas el más fructífero.


Materiales, color y cubiertas


Las pastas  adecuadas para el trabajo escultórico pueden realizarse tanto con arcilla blanca como rosada y rojas, coloreadas o no (adicionando óxidos metálicos colorantes), texturadas con chamote, arena, vermiculita, ceniza volcánica, pómez, etc. Siempre es preferible adicionar texturadores a las pastas para escultura, generalmente chamote de grano medio, en porcentajes  desde el 25 hasta el 35 por ciento (en peso). En lugar de chamote es posible texturar con arena  (grano mediano), con vermiculita u otros materiales orgánicos e inorgánicos granulados.
Las pastas  lisas pueden emplearse para hacer escultura y mural, pero siempre son preferibles las texturadas tanto por razones estéticas (comunican fuerza y variedad en las superficie de la obra) como por causas técnicas (los texturantes permiten hacer obras de mayor formato, impiden rajaduras ya que disminuyen el encogimiento de secado, evitan riesgos de cocción ya que hacen posible trabajar con grosores mayores que las pastas lisas y aceleran el secado de la obra, a la que comunican mayor consistencia durante el trabajo.) Esto es necesario especialmente con grandes formatos. No así con pequeñas obras decorativas: porcelana, pequeñas figuras y joyería.

Siempre es preferible utilizar para escultura  pastas coloreadas en su totalidad. lo que se obtiene adicionando óxidos colorantes a la pasta cuando se la prepara. Para aplicar colorantes o cubiertas de superficie podemos recurrir a métodos como engobes, esmaltes, óxidos sobre pasta cruda o biscochada y otros tratamientos.

Es muy importante la preparación de la pasta artesanalmente ya que cada artista  tendrá la posibilidad de ser original en la producción y variedad de la misma tomando en cuenta las necesidades de su producción final analizando que es lo más conveniente en cuanto textura y color. Incluso, la posibilidad de experimentar en una misma pieza diferentes posibilidades es sumamente enriquecedor.

Herramientas

Las herramientas necesarias para hacer escultura y mural son las mismas que hemos estado utilizando hasta ahora, aunque para grandes formatos es necesario tableros o encajonamientos (para realizar murales), soporte para trabajar de pie con base giratoria.


Ahuecado de esculturas

Cuando la obra se considera terminada, habrá que ahuecarla, pues la arcilla no puede ir al horno con espesores superiores a los 2 o 2,5 cm  sin riesgo a que explote. Estando todavía algo húmeda, aunque consistente, se cortará la escultura terminada por el medio (o por donde sea posible), con un alambre fino o hilo de nylon resistente. Dicho corte se hará preferentemente en forma horizontal (a fin de que actué la fuerza de gravedad sobre ambas partes después  e ahuecadas y unidas), lo que evitará rajaduras de secado o de cocción. En determinados casos, se podrá hacer este corte en sentido vertical. A veces será más fácil cortar sólo la cabeza o parte superior para ahuecar toda la obra. La mayoría de las esculturas tienen en su parte inferior una base o tapa del mismo material, con un agujero al medio para que salgan fácilmente los vapores que se producen durante la horneada. En algunos casos no se coloca dicha base o tapa inferior, y la misma paredes laterales servirán como apoyo de la obra (en especial si se trata de grandes obras y de gruesas paredes).

Una vez practicado el corte y estando la pasta todavía húmeda (aunque no demasiado para evitar el riesgo de deformaciones) se procederá a ahuecar interiormente las partes ya cortadas y separadas con un desbastador, cuidando que las paredes queden con espesor uniforme y no superior a los 2 cm si se usó pasta con chamote y un poco menos si se usó pasta lisa o roja. Pastas muy chamotadas (con 35 a 40% de grano medio) pueden tener grosores de 2,5 a 3 cm.  A mayor grosor de pared, la obra deberá hornearse más lentamente en especial  hasta los 500 a 600 grados.
Las pastas ya desbastadas se unirán en seguida con barbotina y las uniones se reforzarán mediante gruesas costuras, las que se rellenarán con la misma pasta amasada blanda. Una vez bien seco todo, y antes de la cocción, se pulirá con lija de grano medio o grueso a fin de texturar la superficie.

Esmaltes para escultura

Quienes deseen esmaltar obras escultóricas o muralísticas, preferiblemente usarán esmaltes mates en lugar de brillantes (salvo que se trate de piezas decorativas o llamativas).

Si la pasta no tiene color natural, ni tampoco artificial (con óxidos) se la podrá esmaltar pero con un esmalte especial para escultura que no altere la textura empleada en la obra . Para que el esmalte resulte bien, si la pasta tiene chamote y si el lijado ha dejado poros texturantes, se le aplicará antes de su esmaltado una "lechada" o capa de fondo, diluyendo en bastante agua una cucharada del mismo esmalte. Ello permitirá que el esmalte posterior que se sobreponga no quede con agujeros ni poceado.
En todos los casos, el esmalte resultará mejor si se lo aplica sobre la pasta de la obra ya biscochada (horneada ya por primera vez).

La cocción

Una vez bien seca la obra, se la introducirá al horno cerámico. Si las paredes de la escultura son gruesas, existe el peligro de que haya quedado humedad en el interior o núcleo de la pared. ello haría peligrar la pieza, la que podrá explotar dentro del horno al comienzo de la cocción, cuando la humedad puja por salir.

Para evitar este peligro, las pastas crudas se hornearán estando del todo secas.
El enfriamiento de las esculturas y placas de murales debe hacerse en forma natural, sin acelerarlo. Ello también evitará rajaduras que se puedan llegar a producir por pastas mal compuestas.










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